Dejando aclarado ese punto del por qué y añadiéndole que es debido a la limitación del espacio en mi adorado 'twitter' (@carlitospere) y a lo mucho que me gusta escribir y exponer mis sentimientos es que finalmente he optado por arrancar con este proyecto, que seguramente nos disfrutaremos mucho.
La primera de mis 24, como he decidido titular esta historia, es sencillamente la primera de muchas historias en las que les contaré esas cosas que ocurren en las 24 horas de mi día, o en los 24 minutos que me pueda demorar en redactarla. Son todas aquellas cosas que me vengan a la mente y que pueda compartir con ustedes. (Estamos claros en que no todo lo que se piensa, hace o uno vive se puede publicar).
Por ejemplo, aprovecho esta para compartir la fijación que ha tenido este número, el 24, en mi vida, recientemente y desde el día en que mi madre me trajo al mundo. Fue allá para el 24 de mayo de 1983 y desde ese día me persigue esa combinación de dígitos o cifra. "Me sale hasta en la sopa!!!", me repito a mi mismo cada vez que me doy cuenta que tras observar el reloj la hora marcada termina o contiene de alguna manera el 24.
Aún más es la casualidad cuando en muchas ocasiones y gracias a mi trabajo y a la frecuencia con que me hospedo en habitaciones de hotel que me han tocado cuartos ya sea en el piso 24 o en el espacio designado a la habitación número 24, tal y como ocurriera recientemente en el hotel Jaragua en República Dominicana, que pasé mi noche en el 824.
A modo de comenzar una comunicación estrecha entre nosotros y llevarlo a ser más divertido, me gustaría que me comentaran sobre cuál puede ser el significado de este número y qué cosas puedo hacer con el mismo. Claro está que más allá de jugarlo en la lotería, algo tan obvio y esperanzador que hago con frecuencia.
